sábado, 16 de febrero de 2008




Diatriba mundanal.


Ocultas en los cenagales, en las penumbras
de sus cubiles, se esconden como ratas
que salen solo en busca de alimento.

Fuera, son solo ojos que gravitan sobre el suelo;
son fantasmas envueltos en telas invisibles,
que vagan errantes entre plazas y callejones.

Por las calles uno ve las esmeraldas, los zafiros
y los ámbar que se cruzan y se lo cuentan todo
en nada.

Cuando se observan entre ellos, se vuelven
rubíes rojos, en fuego y en sangre.

En sus cubiles, son de nuevo ratas;
son sirvientas del mus erectus del nido,
del señor de horca y cuchillo, que las muerde
todos los días en los dedos de las patas.

A la cloaca llega entonces un nuevo mus,
con ideas de revolución y de cambio.
-Este es un mus más blanco y gordo que el resto-.

El mus albino canta por donde pasa
palabras sordas de igualdad y libertad;
mientras con saña, decapita a los demás muses.

Entre los montones de pilas de cabezas cortadas,
algunas ratas ingenuas, ilusas, estúpidas lo creen.

Una rata esmeralda marcha con el mus blanco
y la ilusión de ratita adolescente, al Nuevo Mundo.
Donde dicen, las ratas son más libres
y vuelan con alas de cisne entre las calles
de la GRAN MANZANA.



Un día el mus blanco, ejerce por fin su libertad
con la rata esmeralda y la muerde en el hocico.
-Pero cuando las pegan, las ratas solo se sienten
y bajan la cabeza-.

El mus ahora menos blanco, tortura día tras día,
a la pasible rata mordiéndola en las orejas,
las patas y el rabo; mientras que el mundo
gira y un niño devora un polo de limón.

Por fin una noche, después de beber excesiva
agua de cloaca el mus ejerce su derecho final,
su juicio y sentencia, y muerde a la rata
en el estómago o en el cuello.

Después el fantasma esmeralda de la rata,
sube al cielo de las ratas con todas las demás.
Mientras por el camino se limpia, (se purga)
LA MIERDA.

La MIERDA de ser rata negra, blanca o esmeralda.
La MIERDA de ser fantasma entre fantasmas.
La MIERDA en definitiva de tener que ser RATA
en un mundo de MUSES.

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