martes, 10 de agosto de 2010

Diario de un cadáver.



Ayer se me cayeron los ojos. No puedo acostumbrarme al aire denso de esta caja que me asfixia, como una de esas modernas canciones repetidas hasta la náusea.
Me he muerto y ni siquiera soy capaz de ver mi lastimoso estado. Solo imaginar; escamas de piel, manchas púrpura, tendiendo a verde musgoso, cubriéndome como un comején carnívoro y algún que otro insecto colocándose el babero para el festín (mientras el resto se impacienta reuniéndose en la fila).
Que escrito más tristemente patético. Soy patético. Es patético seguir aquí.
El cuerpo no me responde, la nariz empieza a oler a podrido y los ojos...¡No hay manera! No los encuentro.Debí dejármelos puestos en el coche.

No hay comentarios: