En el tejado del bloque de pisos verde esmeralda,
el número dos de una lejana manzana de yeso,
con las ventanas de aluminio pintado también de
verde, aunque algo más clareado y brillante al Sol;
y con la pintura desconchada entre las barandas,
y los chorretones de humedad abultándole el grueso
en el hormigón quebrado, como tumores invencibles,
con tenderos de ropa entretejiéndose en los pisos
y vulgarmente mostrándose las bragas y calcetines
entre humos grises de chimeneas frágiles de pana
con pinturas rebeldes grabadas como bellos frescos;
y el calor ascendiendo de las casas, guerreante,
imbatible con la fría roca en pos...
[de la libertad]
Allí pude ver una majestuosa paloma blanca,
posada en una veleta tras un pijama de preso
y contra el viento forcejeaba con las alas sin miedo
mientras la observaba atónito; era ¡maravilloso!
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