domingo, 8 de agosto de 2010

El 4º sabor.

Frecuentas las tascas de;
Ninfas necias con
cabellos llameantes,
y sirenas esmeralda de
andares exagerados.

Un vampiro, crápula.
Sorbiendo el néctar de las venas
y las flores.
Las palabras escarlata en el muslo
y en veneno, hundidas las letras.

Una desesperante farola.
Una luz intermitente, interminable,
Intransigente, intensa y tenue;
bamboleando el mundo
como si jugara a sacudirlo.

Y la voz ronca desesperada,
suplica inútil por la amada.

En la boca la lengua se afila,
rezuma la espuma.

Insistes; obstinado, impertinente
dices:

¡Por Dios, papel y pluma!

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