Caminas viajero,
ya con los talones agrietados
y el aura condenada en los ojos cansados.
Varas la memoria,
la escondes furtivamente,
en algún petate perdido en lo oscuro
tanto tiempo allá en medio;
sin ningún lado cierto,
viendo tan solo peñascos y cribas
embotado en el desconcierto
recoge ahora, tu espíritu;
la respuesta te espera ahí dentro
en la boreal infinitud.
Caminas viajero,
ya con los ojos cansados
desconoces lo imperecedero;
más lo buscas con ahínco….
¡ya lo perdiste todo idiota!
¡lo amarraste en algún pedazo de tela
en una irrecuperable luna nueva!
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